Duele...

El dolor puede sentirse de una manera tan profunda que no deja de sorprenderme...
Llega a cada centímetro de mi cuerpo, se filtra en cada uno de mis capilares, en mis venas, en mis terminales nerviosas.
Imparable.
Cerrándome la garganta sin desistir. Rasgándome el ser desde adentro, con lentitud, disfrutando cada trazo de piel que se desprende de mi.
Envenenando todo...
Lo siento tan en mi, afixiandome el alma...lo siento materialmente en mi. Como un ente real que va devorando cada destello de luz de mi interior.
Encarcelando mis lágrimas, ni siquiera me permite llorar.
A veces cuando el dolor es tan intenso pareciera que el cuerpo queda insensibilizado de cualquier otra sensacion. Incapaz de explotar, de expresar, de intentar liberar algo de todo esto. Simplemente nulo.
Me duele tanto, que arde...lastima de una manera incomprensible.
Y no hay nada que pueda hacer para parar todo esto. Y ellos siguen ahí...siendo absorbidos por la sombra...Olvidados...Contando los segundos que le quedan para dejar de respirar algún día.
Tan pequeños...tan llenos de odio, tan desgastados.
Y yo me siento a observar como se destruyen, sin poder hacer nada...y veo como cada vez...una parte de mi se muere con ellos.