Me abrazo a la esencia que dejo tu piel entre mis manos...Como un consuelo para soportar la ausencia.
A veces siento como si fueras un ente abstracto que, en el roce de los cuerpos, deja impregnado parte de sí en mi.
Tenes el aroma de lo etéreo... Una especie de perfume sutil y temporal que me toma y luego de unos minutos, tan solo, se desvanece...
Pero vuelvo en mi, y te observo, te toco y sos real. Una reproducción realmente real de aquellas fantasias que antes abarrotaban mis cuadernos y hoy dejo guardadas en un cajón...
Sos miradas, sonrisas, caricias que están ahí. Que me atraviesan, que me envuelven, que toman vida mas allá de las palabras.
Como un juego mental de ajedrez donde yo misma soy jugador y contrincante, una parte de mi quiere sentirte imaginaria, como en un sueño, tenue, lejana...
Otra parte de mi, en cambio, necesita verte real, sentirte en los huesos, mirarte, tenerte...Asumir el riesgo de que no seas un producto de mi imginación sino parte de una realidad.
No se...
Se mezclan tantas cosas...
Como siempre, mi cabeza empieza a autocomplotarse con el resto de mi.
Y las preguntas, las justificaciones, y las explicaciones, y bla bla bla bla...
Mi capacidad para simplificar las situaciones claramente caduco en algún momento y yo no me acorde de renovarla.
Y entonces, tengo estas batallas internas en las que mi razón termina sacando la banderita blanca totalmente rendida. Y no queda otra opción. Hay que dejarse fluir.
Supongo que hay cosas donde la razón simplemente no cuenta...